Francesc Soler, conegut popularment com el Quico, o també l’avi Pastisseret, sobre la inauguració de les escoles digué: «[...] No recordo molts detalls dels actes. Sé que hi havia els nens i les nenes de les escoles esperant-los a dalt la carretera; que hi va haver una recepció a l’Ajuntament. En aquesta plaça i en una tribuna va haver-hi uns parlaments, i que varen fer un dinar a les noves escoles, servit per l’hotel Sant Domingo de Manresa [...]»[1]
Sirvióse la comida, y a la hora de los postres el alcalde señor Casaldáliga leyó unas cuartillas, exponiendo su satisfacción y la del pueblo por la presencia de las autoridades y por la unánime aprobación de todos, de haberse bautizado con el nombre de «Grupo escolar Marqués de Estella» el edificio construido en que han de formarse los futuros ciudadanos españoles.»
Continua el
diari:
«Luego el
gobernador, general Milans del Bosch, dijo que había dado el grito de «¡Viva el
alcalde!» al terminar el acto escolar porque estaba convencido de que con él
daba todo lo que merece al que ha sabido imprimir un impulso tan grande a la
cultura popular, construyendo un edificio cuyo valor y eficacia han dicho ya lo
que representaba los niños, los maestros, el párroco y el rector de la Universidad.
Señaló la necesidad de que los padres
manden sus hijos a la escuela, obligación que representa tener unas escuelas
como las inauguradas, en las que se enseña a amar de veras a España, amor que,
después del que profesemos a Dios, ha de ser el que ocupe preferentemente
nuestro corazón.
Recogió ideas del cura párroco, indicando que al lado de aquel amor a Dios y a la Iglesia debe figurar siempre en educación el amor a España, y que a la labor que en este sentido vienen realizando las escuelas nacionales han de asociarse todas las escuelas particulares, estando decidido a emprender una campaña para que cumplan esa sagrada obligación.
Felicitó al pueblo que sabe honrarse, como Balsareny, construyendo edificios escolares con su propio esfuerzo y les da el nombre del Marqués de Estella, a quien, y a S. M. el Rey, debemos la salvación de España.
Como durante su peroración, al terminar recogió aplausos de los comensales.»
Recogió ideas del cura párroco, indicando que al lado de aquel amor a Dios y a la Iglesia debe figurar siempre en educación el amor a España, y que a la labor que en este sentido vienen realizando las escuelas nacionales han de asociarse todas las escuelas particulares, estando decidido a emprender una campaña para que cumplan esa sagrada obligación.
Felicitó al pueblo que sabe honrarse, como Balsareny, construyendo edificios escolares con su propio esfuerzo y les da el nombre del Marqués de Estella, a quien, y a S. M. el Rey, debemos la salvación de España.
Como durante su peroración, al terminar recogió aplausos de los comensales.»
Añadió que le satisfacía estar en contacto con el pueblo porque se probaba así que todos éramos unos y que todos estábamos interesados en el porvenir de la patria; que al poner en conocimiento del Jefe del Gobierno el acto celebrado, ha de decirse que el pueblo ha construido la escuela con sus propios medios; que el nombre puesto en el frontispicio de ella es como un maleficio, pues significa que donde está no puede entrar otra cosa que no sea pensar en la patria, por la patria y para la patria.»
Per
la seva banda, el general Emilio Barrera Luyando, home d’absoluta confiança del
dictador, vingué com a capità general de Catalunya. Al nostre país, el general
Barrera va capitanejar el moviment espanyolista amb una repressió i persecució
despietada dels organismes i institucions catalanes. Aquí en tenim una petita
mostra: va dissoldre la Mancomunitat per ser «un baluarte de politica separatista»; va proscriure la senyera;
prohibí la Santa Espina per «agredir el
sentimiento castellano»; i la llengua catalana fou vedada en els actes oficials
i religiosos, i fins i tot en l’ensenyament del catecisme. També va controlar
zelosament, és a dir, amb esmerada diligència, els creients i feligresos de
l’Església catalana sospitosos de la causa catalanista. Anys després va
conspirar de forma molt activa contra la República participant en el fallit cop
d’estat de La Sanjurjada el 1932 i,
posteriorment, en l’aixecament del 18 de juliol de 1936.
[Continuarà]
Fotos: Wikimedia Commons
[1] Soler i Castella, Francesc: “Tres imatges del poble” a Pàgines Viscudes, Volum I (1979-1984), Cercle Cultural de Balsareny i Ajuntament de Balsareny, 1989.




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